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Mostrando entradas de junio, 2025

Sesión especial del 11 de septiembre

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Hello, My Giraffe! (Una fábula)

Érase una vez un canto, fluido y luminoso, que salía de una caja de cartón. Yomo, el hipopótamo que representaba a ciertos artistas, la había dejado frente a Fulón, el orangután que administraba el circo. —¿Qué es eso? ¿Una caja de música? —preguntó Fulón con brusquedad, echando el humo de su apestoso puro. —No, no. Es un cantante famoso —respondió Yomo, dando dos palmadas sobre la tapa. El canto cesó al instante. —No me digas… —gruñó Fulón, incrédulo—. A ver, quiero verlo. Cuando levantó la tapa, la rana Michigan J. Frog se soltó a cantar: —Hello my baby, hello my honey, hello my ragtime gal… Fulón arqueó las cejas. No podía creer que esa bella voz saliera de aquella tortuosa boca verde, tan amplia y rugosa como una gruta. Se rascó la cabeza; un piojo le molestaba. Lo pescó de una pata y se lo tragó. —Mmh… mmh —murmuró—. Esa canción me suena muy… anticuada. Además, ¿cuánto mide esta mierda verde? ¿Quince por quince? ¡Bah! Yomo, ¿has visto cómo es nuestro espectáculo? Tres pistas. ¡Nec...

La rana y la ardilla

Estaba una rana muy tranquilamente saltando en un charco cerca de la encina y llegó la ardilla impertinentemente diciéndole: "tú vete de aquí vecina, antes el agua estaba muy cristalina aquí bajo yo cada día a beber, debes ir a bañarte por otra esquina lo más lejos de mi, eso has de saber". La rana bufó y se cambió de color rojo se le puso el cuerpo y estiró las patas dando un gran salto con valor por encima de la ardilla se tiró, y agarrándole las orejas miró para ver su cara llena de estupor, la ardilla su cuerpo de rabia giró pero aquella rana no soltó al roedor. "Te creíste jirafa" dijo la rana: -tampoco mediste bien todas mis fuerzas si te vas a Segovia me iré con gana en tu lomo siendo tu rompecabezas-. Moraleja: No discutas las destrezas ni te pongas prepotente y engalana porque existen aún algunas cabezas manteniendo educación bastante sana. Mari Carmen Olmos

No apto para pacatos

En un remoto pueblo De la vieja Castilla No hace mucho tiempo Una pareja vivía Sapo Verde era él Ella, Jirafa altiva En las fuentes o en el prado Tarde, noche y día Cada uno por su lado Como ostra se aburría Si el tedio consumía A la hembra ardiente A la fresca charca iba Soñando ver en Sapo Un macho complaciente. Ufano hinchaba el pecho. De tal manera creía Que a sus pies caería. Rendida, sí cayó, No de sexo, no Rendida… de aburrimiento. De cazar moscas una a una El lerdo Sapo se ocupaba Y en la ansiada coyunda Nunca nada reparaba. Si él sintiera gana En calma, noche oscura Arisca ella exclama: -"No lo intentes Rana; No estás a la altura"- Siendo ése el panorama Dejaban con galbana La dulce obligación… Craso fue su error Dejar para mañana Lo que puedas hacer hoy. Que ya dice el refrán: "calva pintan la ocasión" No acaba aquí la historia. Muchos querrán saber Cómo en los jardines de Segovia Pudieron uno y otro Tal binomio aparecer Sepan vuesas mercedes...

Una rana en el jardín de la princesa

Nadie conseguía ver a la pequeña rana. "Es demasiado pequeña", decía la jirafa mirando a todas partes y a punto de pisarla. "Si fuera roja sería más fácil verla", decía el cuervo relamiéndose. "¿Para qué la queréis?", volvió a preguntar por enésima vez la jirafa. "La busca la princesa", respondió lacónico y despectivo el niño. No quedaba claro si despreciaba a la rana o a la princesa. Quizá a las dos. Se limpió los mocos con la mano derecha, se rascó una herida en la cabeza con la izquierda y miró al gato. "No la he visto". Pero, por algún motivo nadie se fiaba completamente del gato. Todos le observaron durante un buen rato. Ningún gesto delató que mintiera, ni tampoco corroboró que dijese la verdad. El escarabajo observó que no era habitual que hubiese ranas en aquel jardín, así que debería llamar la atención. El niño dijo: "Tampoco es habitual ver jirafas", con desprecio. No se supo si hacia el escarabajo o hacia la jirafa....