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Mostrando entradas de abril, 2022

Ejercicio para el viernes 6 de mayo a las 20:00 horas.

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 Ejercicio para el viernes 6 de mayo a las 20:00 horas: escribir un texto en primera persona con narrador omnisciente de sobre 250 palabras y reescribirlo en tercera persona. Es todo un experimento, vamos a cambiar la visión y con ello el mundo.

Soñé mi último sueño

Un sueño. Quieres que te cuente un sueño.    Ya te he dicho que hace mucho que no recuerdo ninguno. No querrás que te hable de ese mundo ideal en el que se desconocen el odio, la violencia, el hambre...Esas palabras hubo que inventarlas cuando el Hombre, y la Mujer y la gran Serpiente fálica subieron al escenario de este gran teatro que es la Vida. De ese sueño ya nos han hablado muchas veces. Ese mundo ya existió. Los cristianos lo llaman Paraíso Terrenal. Pero no funcionó. Se derrumbó antes, incluso, de que se inventara el Tiempo. Entonces, tuvimos que aprender a conjugar el verbo Vivir, "el verbo que se hizo carne", y pescado, y sed, y sexo, "y habitó entre nosostros".   Pero, tú no quieres que te hable de ese sueño con el que nos engañaron siendo niños. Seguro que prefieres jugar a descifrar uno de esos pensamientos inquietantes que le llevan a uno hasta un diván, a hablar con un desconocido que, detrás de ti, quizás te escuche o quizás no. Quizás tome notas co

El aula es una caja de zapatos

El aula es una caja de zapatos con gusanos de seda, desde mi pupitre se ve la pizarra donde está escrita la palabra "esdrújula", el profesor es mi hijo de mayor, él aún no lo sabe, y sonrío pensando en la sopresa que le voy a dar cuando se lo diga, así que tecleo mis dientes que son teclas de piano, y entono una banda sonora familiar, como de serie americana antigua, con las risas enlatadas, creando el ambiente propicio para darle la noticia, para decirle "has sido mi hijo". Mi hijo sigue dando la clase, mis compañeros se ven a través de traslúcidos hilos de seda amarillentos, están envueltos en frágiles capullos casi imperceptibles, dentro de los cuales han de tener los antebrazos y los codos pegados al torso, y por una membrana sacar los brazos y las manos, con los que que apenas llegan a las mesas de los pupitres, sobre las que yacen durmientes cuadernos de hojas de morera, para escribir con patas de grillo letras redondas de baba verde. Huele a caca de cucaracha

Colada en la noche

El cesto de la ropa sucia le pesaba más que de costumbre, había sido un día largo y duro en el trabajo, y no tenía ganas de pasar más tiempo del imprescindible en aquella lavandería. Siempre iba por las noches porque en ese horario no solía acudir nadie y evitaba la tediosa espera de aguardar su turno. Escogió la lavadora que estaba más cerca de su asiento preferido, e introdujo cada una de sus prendas como si de un estudiado ritual se tratara, insertó las monedas y seleccionó el programa de siempre. Una vez sentada, sacó un libro de su mochila. Le tranquilizaba estar sola en aquel lugar, sin que nadie la molestara o cotilleara qué libro era el que leía, ¿a quién le importaba que una joven adulta estuviera leyendo Alicia en el País de Las Maravillas?, pocas eran las personas que comprendían que este tipo de historias no son solo para niños y que encierran mensajes que solo cuando tienes cierta madurez eres capaz de entender. Inmersa en la lectura el tiempo volaba, y antes de lo

Sueños líquidos

Hay, en el lago, hojas verdes teñidas de ocre en sus puntas. El agua me llega hasta el cuello, pero es como cristal. Veo hacia el fondo. Las olas verdes van peinando el lecho florido y tocan las suturas del lecho; los cabellos verdes que brotan de la arena submarina, son cepillados con cuidado. Entonces, ese color tan ocre se transforma, primero en ámbar, luego verde-azul o púrpura chillante. De pronto, las olas se repliegan porque el lago ha visto algo en el cielo. ¡Oh! Una nube gorda, de tonalidades rosadas, nos cubre. Me rodea y va arrastrándome hacia el cielo. Trato de aferrarme a las algas, intento correr, piso la grava ocre y ruidosa de la orilla del lago, pero me convierte en nube, en agua flotante. Vamos por el valle, tras las colinas tupidas de arbóreas excrecencias para robarles humedad, invertirla en lluvia fértil que se relaje y se tiende sobre el bosque para alimentarlo, y así, la nube es ahora un río rosado que flota, y sus aguas me llevan, devolviéndome la carne adormeci

El sueño de despertar

Llevo toda la tarde llamándola y no me coge el teléfono, he tenido un mal día y necesito hablar con ella, empiezo a preocuparme, regreso a casa, me preparo una copa de vino, cada vez estoy más intranquila necesito una pausa a esta inquietud insoportable que se ha instalado en mi interior, masajeo mi pecho como si con ello pudiera borrar la sensación incapacitante que me embarga, el teléfono sigue mudo, tengo un presentimiento desagradable, la preocupación y la impotencia me atan con cuerdas invisibles que no me dejan pensar, me tumbo en mi cama a esperar, es grande y cómoda, observo mi copa cada vez más vacía, comienzo a relajarme, el tiempo pasa lento e inexorablemente oscurece. De pronto, abro mis ojos, mi corazón galopa a toda velocidad, como si me quisiera alertar de un peligro inminente, estoy tumbada en mi pequeña cama, miro a mi alrededor, y tengo una extraña sensación de irrealidad, lo observo todo con atención, me encuentro rodeada de una neblina diáfana y tengo un terrible y