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Mostrando entradas de marzo, 2022

SIN SOLUCION

Joder…..que mareo¡¡ ¿Qué ocurre? La cabeza me da vueltas, ¿Qué digo la cabeza? Yo doy vueltas. Sin parar, sin solución de discontinuidad, diría la artificiosa de mi hermana. Con ritmo continuo, eso si, no hay tirones en estos giros, mi vaivén es cadencioso. Si no fuera porque me estoy golpeando continuamente contra estas paredes redondeadas, a las que soy incapaz de agarrarme, sería casi divertido. No recuerdo haberme montado en ninguna atracción de este parque. Me he excedido bastante en la comida con mis amigos y seguro que de haberlo hecho, terminaría devolviendo el revoltijo desigual de comida y bebida alojado en mi estomago. ¡Lo que me faltaba¡….yo volteado sin parar y rodeado de comida masticada a medio digerir, que al igual que yo se estrella continuamente contra las paredes, rebotando como pelotas de goma o semillas de una marimba. Intento agarrarme sin éxito, en la oscuridad solo percibo las paredes lisas y frías. Esté donde esté, va a bastante velocidad, pues hay momentos en

Consciencia

Ese día amaneció para todos igual, pero no para mí, me sentía extraña, como si estuviera prisionera en mi interior, apenas sentía capacidad para expresar un tenue saludo de cortesía, no tenía palabras que ofrecer esa mañana, así, en ese estado me dirigí a mi instituto. Como todas las mañanas iba en el autobús viendo por el ventanal el mundo pasar tan ajeno a mi, me sentía como si yo no perteneciera a él, podía verlos, pero ellos a mí no. La primera clase transcurrió como un vendaval, rápido y bullicioso, enérgico, ajeno por completo a mi silencio. La segunda jamás la olvidaré, entré en clase de mecanografía y me senté, situandome frente a mi máquina, comencé a calentar mi dedos, que cada vez iban más rápidos, concentrada en la pantalla luminosa que tenía frente a mi, viendo letras y letras sin sentido pero que mis dedos sabían interpretar, cogí velocidad, y en ese instante ya no ví más, sentí un fuerte cosquilleo en mi cabeza y un extraño tirón hacia arriba, me estaba desprendiendo de

Cíclope

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Medias palabras, palabras a medias, pensamientos inconexos. Esos eran los restos de una orgía literaria a la que se había entregado Moma, la joven schnauzer. Atrapada por la ansiedad de saberse sola se había ensañado con los libros al alcance de sus afilados colmillos. "Últimos días en Viena", "diminuto cementerio", "hipnosis", "observar in fragantti",eran algunos fragmentos rescatados "La lengua absuelta" de Elías Canetti con cuya lectura yo combatía el sopor de las tardes otoñales."Gran hotel Europa" de Leonard Pfeijffer, eran sus víctimas. Páginas cuidadosamente diseccionadas habían quedado esparcidas por el suelo sembrándolo de un confeti bicolor: palabras en negro, rotas, sobre el blanco roto.. Para ella nada de castigos, nada de gritos. Solo Yo, el Hombre, soy culpable del descuido , de mi necedad. Y así fue cómo la cámara, el Ojo, irrumpió en nuestro espacio. Allí donde antes reposaban los libros, quedó instal

Despatado

Llovió aquella noche. Lo recuerda muy claro. Estaba sentado en la parte trasera del sedán de Pérez, un colega; aburrido, veía cómo se arrastraban las luminosas gotas que se descolgaban sobre el cristal. Echó vapor y dibujó una carita triste y no sabía por qué, pero se sentía así. Fue entonces que vio el impacto. En ese instante estaba mirando al dueño de la tienda de enfrente abrir la puerta de su coche. ¡Track! No puede evitar contraerse mientras camina hacia el metro. La imagen vuelve y vuelve una y otra vez. ¡Track! El frente de un Mercedes impactando la puerta. ¡Track! Piernas machacadas y separadas de sus muslos. ¡Track! Sangre a montones. El tipo huyó. Camina rápido esquivando a la gente que le empuja. Al llegar a las escaleras mecánicas se le adelanta una mujer y le da un codazo. ¡Vieja pu..! Ella resbala y sus pantorrillas se rasgan con el filo dentado de los peldaños de metal. Sangre. No puede evitar ver eso y sus piernas vibran monstruosamente. Desde el accidente, si alguien

War

Su frente estaba impregnaba de un sudor frío, pegajoso que le humedecía las entrañas. Era miedo, rabia contenida lo que le hacía permanecer inmóvil, incrustado a la tierra blanda y fría. Estaba tirado en el suelo bajo la oscuridad de la noche, oculto, agazapado como un animal herido. Todos sus instintos alerta como si esperase un golpe certero. Las bombas caían a poca distancia y convertían la oscuridad en fogonazos de terrible realidad, destruyendo los deseos de vida. Ya no podía huir era demasiado tarde. Sabía que los aniquiladores estaban cerca, que podían detectar cualquier movimiento, por eso se había enterrado bajo los escombros de aquél edificio en ruinas, que había sido una hermosa universidad.  Tenía los ojos irritados de tanto mirar sin ver nada. Las pestañas y las cejas cubiertas de barro. Un casco pesado le cubría la cabeza. No sabía cuánto tiempo llevaba allí. Las horas se hacían infinitas ante una espera prorrogada de final inmediato. Pensamientos fugaces pasaban por s

La nueva gama de coches pequeños

Soy Francisco Viñuela y llevo treinta años en la planta de producción de coches de Valencia. A ver, me explico otra vez, ayer la fábrica produjo el nuevo modelo. Yo hasta ahora estaba acostumbrado a cambiar la configuración de las máquinas y a montar nuevas piezas en el engranaje común para producir el nuevo coche, pero esta vez no ha sido así. A eso de la hora del cierre escuché unos gritos en la zona de montaje, todos los operarios estaban en el vestuario cambiándose para salir, como siempre hacen, así que me alarmé, encendí las luces de la nave de producción y lo vi, vi eso que le he dicho. De verdad que lo vi. Lo sabemos, pero no entendemos que se sorprenda. A ver, vi cómo de la parte trasera de un todo terreno salió el nuevo modelo, vi parir un coche de otro, lo vi. El todo terreno gritaba, el utilitario que salió lo hizo envuelto en grasa y su pequeño motor empezó a rugir, los intermitentes a funcionar y de pronto del resto de todos los todo terrenos de la nave, más de mil, empe

Amigas del alma

Todavia recuerdo aquella noche...cenando con buenos amigos, todo apuntaba a una noche estupenda....aunque en cierto momento algo inquietante, sobre todo cuando Blas me cogió la mano, me miró a lo más profundo de mis ojos y me dijo -tu eres especial ves y veras cosas que los demás jamás soñariamos en ver- fue otra de sus habituales premoniciones...pero en ese momento me quedé sin aliento, menos mal que Alicia, mi amiga del alma, bromeó sobre el tema y la conversación tomó otros derroteros. Después ya en mi casa tranquila y relajada en mi sofá, cotilleando el móvil, vi en las últimas noticias el trágico accidente que se habia producido esa noche. En ese momento sonó el timbre, era mi amiga Alicia. Me apetecía hablar un rato contigo amiga del alma- me dijo Hablamos largo y tendido, nos reímos de nuestros avatares en la vida y en un momento dado se puso muy seria y me dijo- recuerda que yo siempre estaré apoyándote aunque no esté contigo, nuestras almas permanecerán siempre juntas, am