Club De Escritura Aike

El espejo se rompió en mil pedazos ante su solo reflejo. Y las paredes del castillo comenzaron a desmoronarse sepultando para siempre a la malvada bruja. El reino desapareció para siempre engullido por un agujero negro, porque, las estirpes condenadas a cien años de maldad no tendrán una segunda oportunidad sobre la tierra. Todos los soldados que, obedeciendo las órdenes de su soberana se acercaron a aquel ser tan sobrenatural con la intención de matarla; teminaron clavándose su propio cuchillo o lanzándose a la muerte desde los ventanales del palacio en el acto más puro y generoso de amor jamás visto. Para ella, aquello fue simplemente un episodio más que respondía a su naturaleza angelical o a los designios de su destino. Se presentó desnuda, flotando en el aire envuelta en un remolino de sábanas de bramante, con una sonrisa dibujada en la cara tras haberse despedido, minutos antes, de su madre, su tía y su abuela en aquella tarde de marzo. -¡Espejito, espejito! ¿Quién es la más bel

Y atrás quedó una tierra yerma, como el alma de sus habitantes. Los libros, apilados, esperan la tea que los hará arder como las hogueras la noche de San Juan, se extinguirán en un instante, y con su última luz se extinguirá la última esperanza. Hombro con hombro, dos hombres sonríen ante el espectáculo con que darán fin a siglos de pensamiento, de rebeldía, de conocimiento, de libertad, causantes, dicen, del vicio y el desvarío. Esa libertad por la que tantos murieron sin saber cuál sería su conquista. Allí está, adueñándose de la voluntad universal, un hombre, que con sus cábalas es capaz de negar, sin sonrojo, las certezas de la ciencia, la devastación humana de bosques y banquisas, el sufrimiento. Desde su atalaya omnipotente anuncia la existencia de un mundo feliz para quienes muestran una piel blanca y proclaman el derecho a vallar el mundo. Llegado del pasado, Tomas de Torquemada, se funde con él, un solo cuerpo, una sola alma. Juntos se disponen a combatir el caos, defende

Amaneció con mayor claridad de lo que era habitual en el mes de febrero.Resplandecientes haces de luz atravesaban el espacio esparciendo acendradas iridiscencias;con toda seguridad Dios estaba contento.Un inopinado optimismo se había apoderado de su ánimo y volvía a tener confianza en sí mismo.Tenia toda la eternidad para encontrarlos,Lenin ,Stalin ,Ze Dong Mao,y tantos otros...Esos que malinterpretaron su legado.Hablaría con ellos, tenía los argumentos, sólidos y estructurados,les haría comprender sus errores, bajarían la mirada. Hacía un siglo que no salía y decidió dar un paseo. Al salir contempló el infinito del cielo que se desplegaba ante él y respiró profundamente.Caminaba sin rumbo,en una sobrecogedora soledad,como si fuese el único ser consciente del universo.Las ideas,en un bucle imparable le bullían de nuevo en la cabeza : Las clases sociales,los medios de producción,la fuerza del trabajo,el avance inexorable de la historia,la dictadura del proletariado,la dualidad cienci-ut

Marisa abre la puerta del café. La oscuridad duerme en su cálido seno. El frigo ronronea a gusto. Todo huele a viejo. Enciende la luz principal. Titilan las barras de flúor. Luego va levantando las cortinas de las ventanas. La luz entra a grumos, espabilando un interior que apenas palpita. —Arreglar y limpiar esto va a ser una epopeya — le dice al vacío, a la ausencia. El dueño anterior le pidió: —Puedes tirar todo lo que quieras, excepto los dos cuadros del fondo, el de Frida Kahlo y el de Shakespeare. ¿Sabes?, son clientes regulares. Marisa piensa que está loco. Eso será lo primero que haga. Va hasta donde están colgados. Los mira. Vaya, son solo unas copias baratas, con unos marcos que casi se deshacen. —Claro que voy a tirarlos. ¿Qué se cree ese hombre? Bueno, empezaré limpiando la cocina. Marisa entra a la calurosa habitación. El sol muestra su ojo incandescente y lo hinca con desdén en todo el trasterío sucio y amontonado. Ella suspira. —¡Qué desastre! Se pone a limpiar y escucha

Al final se hicieron amigos Bob Esponja y Murphy. El pobre Bob tuvo que aceptar los consejos de Murphy si no quería enfermar de los nervios. Decía Don Cangrejo que era imposible soportar a Murphy todo el día detrás de Esponja anunciando lo que le iba a pasar. Calamaro se mantenía al margen pero, ya estaba harto de su amigo Murphy, que había sido recomendado por él en el negocio de Don Cangrejo y éste aguafiestas lo iba a tirar por tierra. - Esa bandeja de tostadas que llevas a la mesa 6 al menos tres se te caen... Y ¡Zás! Por el lado de la mantequilla al suelo. Tenia razón. Un traspié de Bob, unas tostadas que saltan por los aires pringando a los clientes y terminan en las baldosas boca abajo. - Murphy, ¿quieres dejar de tocarme las narices con tus leyes y apartarte de mi? Pero Murphy, el muy cansino, era la sombra de Bob. Terminada la jornada laboral Esponja se dirige a su casa. No recuerda donde dejó el paraguas y el tiempo amenaza con llover. Siempre encuentras las cosas