Amigos por leyes

Al final se hicieron amigos Bob Esponja y Murphy. El pobre Bob tuvo que aceptar los consejos de Murphy si no quería enfermar de los nervios.

Decía Don Cangrejo que era imposible soportar a Murphy todo el día detrás de Esponja anunciando lo que le iba a pasar.

Calamaro se mantenía al margen pero, ya estaba harto de su amigo Murphy, que había sido recomendado por él en el negocio de Don Cangrejo y éste aguafiestas lo iba a tirar por tierra.

- Esa bandeja de tostadas que llevas a la mesa 6 al menos tres se te caen...

Y ¡Zás! Por el lado de la mantequilla al suelo. Tenia razón. Un traspié de Bob, unas tostadas que saltan por los aires pringando a los clientes y terminan en las baldosas boca abajo.

- Murphy, ¿quieres dejar de tocarme las narices con tus leyes y apartarte de mi?

Pero Murphy, el muy cansino, era la sombra de Bob.

Terminada la jornada laboral Esponja se dirige a su casa. No recuerda donde dejó el paraguas y el tiempo amenaza con llover.

Siempre encuentras las cosas en el último sitio en el que miraste, decía Murphy. ¡Vaya, ya estamos otra vez! Contestaba Bob. Efectivamente allí estaba su paraguas.

Además; repetía el tocapelotas: Llevar un paraguas cuando hay previsión de lluvia hace menos probable que llueva.

¡Lo que faltaba! Veinte minutos buscando el dichoso paraguas y ahora resulta que no cae una gota.

Bob Esponja pasa por el supermercado a comprar algunas cosas que le hacían falta en casa y cuando iba a pagar... ¡Oh, no! ¡Detrás del él! Allí estaba su "pesadilla" diciendo:

La otra cola siempre es más rápida.

- Mira, sarcástico, aguafiestas, cansino e impertinente, voy a aceptar barco como animal marino y te vienes a vivir conmigo ya que no puedo despegarme de ti. Me ayudas en las tareas domésticas, friegas, pones la lavadora étc.

- Los pares de calcetines siempre van de dos en dos antes de entrar a la lavadora y de uno en uno al salir de ella.

- ¡Me da igual!. Peor que así no puede salir.

- Si algo puede salir mal, saldrá mal.



Mari Carmen Olmos