Entradas

Mostrando entradas de abril, 2023

En la salud y en la enfermedad

Me gustaría que todos supierais que estoy aquí en contra de la voluntad de Carmen y de Marisa: las hijas de Paco. Que me han estado presionando para que no hable hoy. Pero, aunque les joda, Paco era mi marido y yo, su viuda.  Sé que muchos de vosotros pensasteis en su momento que yo estaba con Paco por interés. Que solo buscaba su dinero y vivir bien. Y que, por edad, podría ser mi padre (esto último cierto, ya que soy más joven que sus hijas). Pero lo que realmente me enamoró de él no fueron sus casas ni su yate ni las joyas o viajes que me regalaba; que, aunque es cierto que son cosas que jamás había tenido, nunca me impresionaron tanto como sus silencios, su conocimiento de las cosas, su delicadeza, su necesidad de cariño y esa mirada triste y profunda. Él decía que solo yo era capaz de verlo como realmente era. Que a pesar de tenerlo todo se sentía solo; pobre. Y que yo, una alocada treintañera, había sido capaz de devolverle la ilusión y las ganas de vivir. Pero llegó la enfermeda

Sanmartín

Ojalá te hubieras muerto antes. Y haber ahorrado así todo el sufrimiento que me has causado. Hubo un tiempo en que fui feliz a tu lado, pero de eso ya casi que ni me acuerdo. Entonces te quería, te admiraba. Pero pronto llegaron tus desplantes, tus faltas de respeto y tu habilidad innata de hacerme sentir pequeña e insignificante. Algo que no solo hacías conmigo; también con todo el que te rodeaba.  Tal vez esa fue la clave de tu éxito: creerte superior a los demás y menospreciar a todo el mundo infundiendo temor a tu paso. Por eso, te conocían como "el abogado del Diablo". Aunque para mí eras, en realidad, El Diablo. Ganabas todos los juicios, es verdad, pero no lo hacías por tus clientes. Lo hacías por ti; para alimentar tu ego y esa prepotencia carente de la más mínima humanidad. Yo para ti era un trofeo más. Una conquista de la que presumir con tus amiguetes.  Me obligaste a dejar mi carrera de actriz cuando me iban a contratar para aquella serie, y me encerraste en una j

Pan y cir(i)co

Si estás leyendo esto, el espectáculo ha terminado para mí. Ya se ha bajado el telón del circo. Pero no estés triste. No dejes que la melancolía se extienda por tu rostro, aplastando todo gesto de felicidad. Mi muerte es sólo una noche que cae. Recuerda que, incluso en el cielo más negro, hay estrellas. Tal vez ni siquiera sepas quién soy. Pues soy Globito, el payaso enano del Circo Alegría. He escrito este panegírico, a petición de mi amigo el mago Mandroky, para hablar de mis virtudes. Me ha confesado que  a él no se le ocurre ningún truco para resolver un discurso elegíaco. Ay, lo siento, pero lo serio no se me da ni tampoco creo ser tan virtuoso. Lo bueno que puedo decir de mí es que le di cobijo a la risa; ese elocuente gesto que, de vez en cuando, se enfrenta a la ira y la tristeza. Desde muy joven me propuse cultivar la alegría e inventé este circo ambulante en el que has entrado. Aquí encontrarás gente cuya sonrisa parece abrir al mundo un mañana luminoso. Lo sé, lo sé, mis com

Se va sin irse.

Quien vive como quiere, no ha perdido del todo su vida. Vivió como quiso, procurando el bien ajeno, sin dejar que se le viera demasiado el culo al agacharse. Amigo de sus amigos, siempre tenía tiempo para una cerveza y a veces para un café. Persona de altos valores propios, poco acordes con el mundo que le tocó vivir. No amó el dinero, si a la personas. Dudó, dudó de todo, del espejo, de sus ideas, de sus emociones, de su moral. Y de las cuestiones de los demás... no te quiero ni contar. Siempre tuvo tiempo para echar una cerveza con un amigo, y a veces para un café. Fallos, defectos y errores mil, como humano, demasiado humano que era. Bien muerto que está, sin querer ni esperar nada más, ni paraíso, ni otra oportunidad, ni mitos, ni cuentos de hadas. Hijo de su madre, más que nada, nieto de su abuelo, y hermano de algunos de sus hermanos. Siempre tuvo tiempo para una... Se va para siempre, esperando ser pronto olvidado, pues mucho no quiere molestar más. Aunque si dejara un grano de

Panegírico

Muy buenas a todos, gracias por haber venido a mi funeral. Los que no me conozcáis quizás os estaréis preguntando qué hace una imagen de SCAD encima del ataúd y si necesariamente tiene que ser de tres metros. Mi nombre es Jorge Speedwagon y este generador de imágenes fue mi primer gran invento, el sistema de comunicación de alta definición, conocido por sus siglas SCAD. Esta fue la patente que me colocó en el punto de mira de distintas revistas, inversores y mentes insaciables por un futuro de la humanidad tecnológicamente más avanzado. Tenía tan solo 17 años cuando presenté el proyecto en el MIT y quiero decirles que para mi, la razón que dio a luz este artilugio era que, simplemente, echaba de menos a mi familia. Este invento consiguió acercarme a ellos transmitiendo mi voz, mi imagen, así como señales táctiles, que aproximaban el contacto físico con mis padres pese a los miles de Kilómetros que nos separaban. Gracias a esta atención pude crear mi propia empresa de biotecnología e in

Ella

Como hablar de ella, no lo sé…. con enfado, con condescendencia, con resignación, no se... Jamás podré decir si en ciertos momentos ella era buena o mala…quizás algunas veces conveniente, y otras veces inoportuna, pero hay que reconocer que a ninguno de nosotros nos ha gustado nunca estar demasiado cerca de ella, aunque algunas veces había que aceptarla, dialogar, incluso hacerte su amiga, pero el desasosiego que siempre dejaba en mi corazón era indescriptible. Cuando se alejaba un poco, me hacía tomar perspectiva y abrir los ojos a muchas verdades, que no sabía que existían, haciéndome saborear esta vida con más ansia como si no hubiera un mañana. A veces me pillaba desprevenido y me daba un zarpazo a mala leche, me quedaba obnubilado porque no lo esperaba, en ese momento la odiaba, después pensaba que la vida es así… Por que como ya he dicho, todavía no tengo claro si en ese momento era buena o mala, porque el dolor es bueno o es malo, depende desde donde se mire. El dolor nos

Se fue mi Esperanza

En la homilía del domingo pasado nos dijo D.Zenón que para hoy, Día de Todos los Santos, escribiéramos un panegírico en recuerdo de los que un día estuvieron entre nosotros y se fueron para siempre. Insistió en que sería el mejor homenaje que podríamos rendirles y una forma de sentirlos cerca. A mí me ha costado hacerlo no por pereza sino por superstición, no vaya a ser que...,    Hoy me viene a las mientes mi sobrina Esperanza. Todos la conocisteis. Indómita, rebelde, se negaba a doblar el espinazo. Recuerdo aquella primavera en que llegó de Madrid escuálida, encogida, pálida como una endibia. Con los aires del pueblo fue creciendo fresca, lozana como las berzas del huerto y trece meses después ¡válgame Dios! marchó lustrosa, rolliza ; aún la veo asomada a la ventanilla del tren diciendo adiós con aquella mirada angelical con la que a tantos engatusó. Mi hermano me la había mandado creyendo que los rigores del frío y la dureza del campo la meterían en cintura pero ella, que había n