Sanmartín

Ojalá te hubieras muerto antes. Y haber ahorrado así todo el sufrimiento que me has causado.


Hubo un tiempo en que fui feliz a tu lado, pero de eso ya casi que ni me acuerdo. Entonces te quería, te admiraba. Pero pronto llegaron tus desplantes, tus faltas de respeto y tu habilidad innata de hacerme sentir pequeña e insignificante. Algo que no solo hacías conmigo; también con todo el que te rodeaba. 

Tal vez esa fue la clave de tu éxito: creerte superior a los demás y menospreciar a todo el mundo infundiendo temor a tu paso. Por eso, te conocían como "el abogado del Diablo". Aunque para mí eras, en realidad, El Diablo.


Ganabas todos los juicios, es verdad, pero no lo hacías por tus clientes. Lo hacías por ti; para alimentar tu ego y esa prepotencia carente de la más mínima humanidad.

Yo para ti era un trofeo más. Una conquista de la que presumir con tus amiguetes. 

Me obligaste a dejar mi carrera de actriz cuando me iban a contratar para aquella serie, y me encerraste en una jaula de oro, sumiéndome en una absoluta depresión. A veces, solo a veces, me buscabas cuando teniás ganas de sexo o para pergarme una paliza porque habías tenido un mal día en el despacho y llegabas a casa puesto de coca y alcohol.


Amenazando con quitarme a nuestro hijo si planteaba la separación, me apartaste de todos mis amigos y de mi familia. Y me hiciste creer que no servía para nada; que yo no era nada sin ti.


Te creías invencible. Pero ya ves: a todo cerdo le llega su sanmartín.


Como puedes observar, no hay nadie aquí. Solo estamos tú, reducido a cenizas, y yo, leyéndote esta carta.

He organizado este funeral sin que nadie se entere para poder disfrutar tranquilamente de este momento. Y ahora, cogeré tus cenizas y las verteré en el váter, para que sepas lo que es sentirse estar en la mierda.



Rafa Moreno

Comentarios

Entradas populares de este blog

Escribir un relato kafkiano. Reunión del viernes 4 de marzo a las 19:00 horas por ZOOM.

Al río, no

Reto del relato vergonzoso