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Mostrando entradas de abril, 2024

Carta Astral

Mi querida Cometa. Te escribo desde esta tierra árida y hostil, donde el viento sopla con la fuerza de un suspiro cósmico y las arenas son testigos mudos de mis anhelos. A la voz de la brisa, recuerdo nuestros días junto al mar, donde las olas danzaban al compás de los latidos de la tierra. Aún guardo las caracolas que me susurran tu respiración y siento, como hálito cálido, la suavidad de tus palabras. Han pasado más de seis meses desde que nuestras miradas se encontraron por última vez, y cada día padezco tu ausencia como un eclipse que oscurece mi universo interior. Estar sin ti es como habitar un agujero negro, donde la luz se curva y el tiempo se distorsiona.   Este desierto rojo es ahora mi morada, mi desafío, mi cárcel y, al mismo tiempo, el lienzo donde dibujo tus recuerdos con la esperanza de no perderme en la vastedad del espacio, porque aunque estemos separados por millones de kilómetros, nuestro amor sigue brillando en el firmamento como una constelación inquebr

Carta de amor Mercedes García Corominas

Beatriz                                                                    BUQUE                                                                            ESCUELA                                                                                           ESMERALDA                                                                                CHILE                                                     Eduardo querido,   hace tiempo que ya no espero que vengas a buscarme como prometiste,   he decidido hacerte llegar ésta nota para que mi palabra haga un relato de lo vivido contigo, y llegues a saberlo. Han pasado quince años de tu promesa, cierto que ésta   estaba desligada de cualquier proyecto que pudiera hacerla parecer firme, pero, yo esperé amarrada al espíritu de la palabra. Pensé que tenías un plan,   que inventarías como regresar   por mí. Yo seguí la ruta de tu travesía y esperé, sujeta a la esperanza y sosteniéndome por la atmósfera que c

Iguales.

Mi querido Anxo: La vida abandona mi cuerpo a una velocidad mucho mayor de lo que me gustaría, pero ya no puedo hacer nada por evitarlo. Ni todos los prodigios de la ciencia, ni la genética, ni incluso la robótica que te trajo hasta mí han sido capaces de salvarme, y sé que, si me comprara un cuerpo nuevo, terminaría por padecer la misma clase de mal que me está carcomiendo ahora. Parece que siempre habrá plagas que no podamos derrotar y siempre habrá muerte, por mucho que nos empeñemos en combatirla. Pero no me iré triste. A lo largo de esta última década, tú has sido mi razón fundamental para despertarme cada mañana, la motivación para pensar en el futuro y el remedio a cualquier problema. Tu sonrisa ha sido lo último que he querido ver cada noche al apagar la luz de la mesilla, tus ojos lo único que quería encontrarme en la multitud. Cuando he tenido una alegría en la vida, era contigo con quien estaba deseando compartirla; y cuando han surgido las malas noticias, como ahora, no p

Carta de amor.

Hola mi querido amigo, mi amor. Hoy me he levantado sintiendo tu ausencia en mi piel y no he podido evitar que mis pasos me guiaran aquí, a nuestro rincón favorito, donde tantas veces nos miramos a los ojos y nos demostramos nuestro amor cuando nadie nos veía. Te echo mucho de menos, sobre todo echo de menos nuestras tediosas pero interesantes charlas, ¿te acuerdas? Aquellas tardes de verano en Deia fueron inolvidables. La suave y cálida brisa acariciando nuestra piel y mirando desde el cementerio la puesta de sol, aquellas puestas de sol mágicas, con mil colores jamás imaginados ni soñados, que nos hacían sentir que la belleza en el mundo no tenía límites. Tú y yo abrazados viendo el atardecer en la sierra de Tramontana, un sitio especial para unas personas especiales. Tus ojos verdes brillaban como esmeraldas cuando me mirabas y mi corazón se estremecía cuando rozabas sin querer mi piel, era amor puro, dicen que el amor prohibido es el más deseado y así fue. Una pasión incontrolable

La cobra de la hija del difunto del velatorio.

Quiero recordar primero en esta carta el día que nos conocimos: salías del tanatorio, te encontraste de frente, entrando, cabizbaja, a la hija del muerto, a la que apenas conocías, fuiste a darle el pésame y te hizo la cobra. Te quedaste ahí, incómoda, a la vista de todos, vulnerable, y sonreíste. Yo estaba en la puerta y vi la escena y sonreí también, y entonces se juntaron nuestras miradas, no nos habíamos visto antes, nos unió el velatorio, y a partir de ahí se hizo manifiesta una afinidad global que nos hizo enamorarnos inevitablemente. Después de mantener nuestra mirada clavada el uno en el otro y nuestra sonrisa, nos acercamos, nos presentamos, y esa noche hicimos el amor y desde entonces hemos estado juntos. Quiero recordarte en esta carta el día que me fui a tu casa a vivir. Qué bien expresado está, porque hasta que no fui a tu casa no vivía, me di cuenta en cuanto desperté a tu lado e intuí que lo iba a hacer así el resto de mi vida. Levantarme sin que estuvieras a mi lado ya

AQUÍ. ¡CUÍDATE MI AMOR!

AQUÍ. ¡CUÍDATE MI AMOR! Amor mío, te estoy escribiendo esta carta sin saber cuándo podré hacerlo de nuevo. Siempre has sido y eres el amor de mi vida, mi locura. Ahora, aquí, me doy más cuenta de esta bendita locura. En la soledad de mi alma pienso: ¿Cuánto se puede amar? ¿Cuántas veces debería haberte dicho: "Te quiero" y no te lo dije?, daba por hecho que tu lo sabías. Tengo tu imagen en mi mente a cada momento, el sabor de tus besos en mis labios y esa mirada tuya de ternura que me dedicabas cada día, no se aparta de mi. Ayer en el bosque vi a mi hermano y me invadió una sensación de tristeza y alegría a la misma vez. Tristeza por verle aquí y alegría porque a escondidas pudimos darnos un abrazo. Después cada uno seguimos nuestro camino que eran opuestos. ¡Cuánto quería a mi hermano y tampoco nunca se lo dije!, también daba por hecho que lo sabía. Vida mía, no sabes como deseo llegar a casa, abrazarte, sentir nuestro

Con amor, Lola

CON AMOR, LOLA Hola, Miguel, Mi hermana me ha dado una carta para ti. Está viendo una serie de Netflix en la que los chicos y las chicas se pasan cartas de amor y creo que se ha flipado un poco. No te burles de ella, ¿vale? Míralo como algo tierno, recuerda que sólo tiene nueve años y en realidad es muy valiente por atreverse a hablarle de sus sentimientos a un chico mayor. Te la doy porque se lo he prometido, aunque me da un poco de vergüenza. No es larga. (Sí, la he leído, pero sólo por si decía algo muy vergonzoso o alguna barbaridad. No te rías de mí, sólo la protejo). Bueno, léela: << Querido Miguel, Te sorprenderá que mi hermana te dé una carta de mi parte, pero después de pensarlo mucho, he decidido que tengo que decirte la verdad de mis sentimientos. Me gustas mucho. Eres el chico más guapo que conozco. No eres tonto como los de mi edad. Y eres muy divertido. Me gusta que seas amigo de mi hermana porque así vienes a casa y te veo, y jugamos juntos. El único defecto que ti

La noticia

LA NOTICIA PRIMERA PERSONA Llevo varias noches sin dormir, días sin concentrarme, me siento alienado en esta sala de espera, el ambiente es rancio, miro a mi alrededor, la gente habla como si estuvieran en una cafetería, los envidio, se abre la puerta y la doctora me llama a mí; intento levantarme, mi cuerpo pesa, me falta energía "Vamos Juan, ¡apresúrate!" grita mi mujer, la miro con mala cara, llego a la consulta y caigo sobre la silla, quiero salir corriendo de aquí, "Buenos días Juan" me mira y me sonríe "Cómo te encuentras?" pregunta Lucía, "Ehhh", no encuentro las palabras para contestar, "Bien, supongo" De nuevo silencio insoportable, se corta el aire, se masca la tensión "Las pruebas han detectado que ha crecido, así que hay que actuar ya, vamos a operarte y después valorar si es necesario otro tratamiento" dice la doctora con serenidad "¿Es maligno? Me escucho con voz titubeante "Es una de las posibilidades,

Ceguera

Hoy amanecí con la idea de no ver más, de tragarme la luz y no devolverla a mis ojos, sí, no más, ni tan siquiera pensar en el porqué y es que para lograrlo creí que bastarían las gafas oscuras; pero a veces el sol se destila por las esquinas, incluso veo reflejadas mis pupilas en el plástico ahumado; así que lo que hice fue echarme el pelo largo en la cara y colocarme las gafas encima; sin embargo, fue una lata desayunar y peor comer, pues mi pelo terminó chorreando leche o sopa; entonces le escribí una nota a mamá, pues no tenía ánimo siquiera de hablarle, y le dije en tinta negra que me llevara a cortarme el pelo con la Miss Musaraña, bueno eso es lo que parece, ya ni me acuerdo de su nombre; nos vamos en coche, entro detrás de ella y voy a sentarme en la silla que gira; la señora me pregunta, casi riéndose, cómo quiero el corte y le enseño mi móvil donde aparece Sia, mi cantante favorita, y desea saber que si además del flequillo, también me pinta de rubio la mitad de mi pelo negro

Yo,tú, él

Yo Temo no coincidir con él, tengo controlado el tiempo que me llevan los rituales de arreglo y desayuno aunque hoy me he entretenido con el pelo, voy llegando, ya lo veo, comienzo a percibir esa sordera particular que hace que toda mi atención quede reducida y focalizada en mis ojos, con él en la parada todo deja de tener sonido, volumen e importancia, todo se desvitaliza menos él y yo, siento mi corazón latir desbocado, me invade esa alegría loca al subir al autobús que nos va a llevar juntos a destinos diferentes, pero que por unos minutos hará que ocupemos el mismo espacio y con suerte nos rocemos, hoy me siento valiente, indómita, será por mi pelo, llevo un año de encuentros casi, compartimos ese imán que nos hace pegarnos en el pasillo del autobús hasta conseguir que los nudillos se rocen y hacemos así el trayecto, un centímetro cuadrado de contacto que invade de emoción nuestros cuerpos, y hoy lo vivo como un vértigo que me empuja a pasar a otra cosa estoy rebelde y al

Como si acabara de llegar.

Tiemblo, noto los fogonazos de luz intermitentes sobre mi espalda, un pitido me sierra por dentro, estoy helado y tenso, me quito el flequillo de los ojos, desde donde estoy, siento que el plano del suelo se inclina y veo a figuras bamboleantes, ahora no pienso, ha corrido un tiempo muerto, abro los ojos, me sacuden cogiéndome de los hombros, de pronto todos los sonidos que estaban amortiguados estallan y reconozco los gritos de auxilio de mi mujer. Hablo enfadada con el enfermero que está en la puerta de entrada a boxes, le señalo la pared de cristal de entrada a urgencias , donde estás temblando, te vemos caer al suelo y corremos hacia ti y el enfermero te agita con cuidado, pienso que llevamos tres horas esperando a que nos llamen, que la sala está saturada de enfermos que gimen, pero que tú eres el más grave y no han hecho nada por ti y ahora te mueres, el enfermero te retira con delicadeza el flequillo que te tapa la cara, luego lo haces tú, le pido desesperada y en voz alta que t

SEIS

PRIMERA PERSONA Confieso que me olvidé del flequillo… tengo que rehacerlo todo, y es ya la… ¿cuántas van? ¿La quinta vez?, porque si no es por el flequillo, es por el punto cruzado, y si no por el hilo, o porque confundo una pata con un asta, o pongo algo bocabajo, o confundo los tamaños o las proporciones, pero este maldito tapiz no se deja terminar y me tiene enganchada cada día desde hace ya tres años… pero, fue una promesa y las promesas se cumplen, se tarde lo que se tarde, ¿verdad?, no es cuestión del tiempo que tarde, porque a ella ya le da igual… en el fondo debería  saber que esto pasaría… debería haberlo sabido, y cuando me hizo prometer lo del tapiz… ¡este maldito tapiz… que me toca rehacer de nuevo, cuando ya casi… ya casi estaba terminado… ya casi podía soltarlo y dejarlo ir y ocuparme de otras cosas… pero el flequillo no acaba de encajar y tengo que rehacerlo todo, no puedo dejarla ir… SEGUNDA PERSONA Tú sabes que me gustaban mucho los animales y elegiste ese dibujo tan b

El ladrón

EL LADRÓN Me tiemblan las piernas al comprobar que la puerta cede con solo un pequeño empuje, entro sigilosa, con miedo, creí haberla cerrado, siempre vuelvo a comprobarlo y esta vez no lo hice, la luz del pasillo está apagada, oigo ruidos que proceden de mi habitación, no sé qué hacer, si volverme y pedir ayuda o atreverme a entrar, opto por lo segundo y me acerco lentamente temblando por lo que me pueda encontrar, ¿será un ladrón? Y si lo es, ¿qué hago? No tengo nada para defenderme, abro despacio la puerta, veo cajones tirados por el suelo y ropa revuelta, siguen los ruidos, entre los cojines destrozados se divisa un flequillo sin parar de moverse ¡Ostras! ¡El perro peludo de mi vecina! ¿por dónde entró? Te veo desde mi ventana como entras en tu casa, creo que te dejaste la puerta abierta, no sería la primera vez, siempre te digo que eres muy despistada, que lo compruebes porque algún día te llevarás una sorpresa y te encontrarás la cas

Yo rota, tu rompes, ellos rompen

Yo rota Siento la arena fría entre mis pies, el susurro del mar de fondo, pero no lo miro, sollozo entre mis piernas y el viento trae su voz Lo siento, dice él No esperaba que esto terminara así, dice El frío se hunde en mi pecho y la brisa nocturna acompaña al dolor que empieza a anidar en mi cuerpo, es tarde, pero me da igual ¿Por qué? le digo ¿Desde cuándo te sientes así? digo Mis sollozos se amortiguan con el vaivén del mar y el susurro de las palmeras  Imbécil, pienso No sé, unos días, dice él Se remueve el flequillo como sin comprender la pregunta No creo que debamos seguir con esto si me siento de esta manera, dice Pues ya has decidido por los dos y ¿cómo deberíamos sentirnos? digo No lo sé, creo que no sé cómo me siento y no es justo para ninguno, los siento, dice Vete ya, digo Lo siento, dice él. La arena amortigua sus pasos y se aleja, me quedo sola y solo puedo mirar el mar, borroso imbécil digo en voz baja Tu rompes Notas la arena fría entre los dedos de tus pies, el sonido

Pegado a los talones

1. Corro, respiro, tropiezo, me falta el aire, la calle se ensancha como una promesa de que tal vez pueda escapar, pero yo sé que no es cierto, que será imposible, que lo tengo pegado a los talones y que se lanzará sobre mí haga lo que haga, lo siento a mi espalda y por delante, a los lados y en cada rincón que atravieso, en los oscuros portales del barrio en el que crecí, en el antiguo centro comercial que ya no recuerda nuestros botellones, en el hospital donde acabaron muchos de aquellos amigos por culpa de la droga que nos vendieron, en la morgue y en el río, siempre en el río, el río que fue nuestro segundo hogar, el río que tal vez pueda cobijarme hoy y evitar que él me mate, sí, eso es lo que pienso, esa es la idea que surge en mi cabeza cuando salto hacia el río, y entonces distingo su fantasma en la orilla, mirándome fijamente, sabiendo que esta historia, por mucho que le disguste, acaba aquí y no de la forma en que él pretendía.     2. Corres,

El profesor

Yo Aquel día empezaba las clases en aquel nuevo instituto, los chicos me miraban con expectación y curiosidad, me presente —Buenos días, me llamo Florentino Quillo y voy a ser vuestro profesor de lengua— decía mientras atusaba mi flequillo, uno de los chicos levantó la mano y dijo  —profe podemos llamarle Flo como el humorista? —me pare una buena idea, así no se os olvidara mi nombre— empezamos la lección, ese día iba sobre las abreviaturas les pedí a los chicos que me dijeran una abreviatura, que le echaran imaginación y fueran ingeniosos, un chico del fondo de la clase levanto la mano le hice señas para que hablara el chico dijo —Fle—le pregunté que abreviatura era aquella y el muy sonriente y con cara pícara me dijo, —si profe, es su abreviatura— lo mire extrañado y le dije que se explicara, él me dijo —usted se llama Florentino y de apellido Quillo, con la abreviatura se quedaría en Flo pero no sonaría bien con su apellido, haríamos un pequeño apaño para que sonar