La noticia

LA NOTICIA
PRIMERA PERSONA
Llevo varias noches sin dormir, días sin concentrarme, me siento alienado en esta sala de espera, el ambiente es rancio, miro a mi alrededor, la gente habla como si estuvieran en una cafetería, los envidio, se abre la puerta y la doctora me llama a mí; intento levantarme, mi cuerpo pesa, me falta energía "Vamos Juan, ¡apresúrate!" grita mi mujer, la miro con mala cara, llego a la consulta y caigo sobre la silla, quiero salir corriendo de aquí, "Buenos días Juan" me mira y me sonríe "Cómo te encuentras?" pregunta Lucía, "Ehhh", no encuentro las palabras para contestar, "Bien, supongo" De nuevo silencio insoportable, se corta el aire, se masca la tensión "Las pruebas han detectado que ha crecido, así que hay que actuar ya, vamos a operarte y después valorar si es necesario otro tratamiento" dice la doctora con serenidad "¿Es maligno? Me escucho con voz titubeante "Es una de las posibilidades, aún hay que analizarlo, bla bla bla" no soy capaz de escuchar ni entender, miro a mi mujer con lágrimas en los ojos, siento que mi mundo se ha roto, que no soy invencible

SEGUNDA PERSONA
La mañana está espesa, son las 12 y estoy agotada, analizo los resultados de tus pruebas tampoco son positivos, abro la puerta y te veo sentado con expresión de asustado "Juan Buendía, adelante" la agilidad de tu señora me llama la atención, está preocupada, se vuelve y te dice vehemente "Vamos Juan, ¡apresúrate!", a ti parece que te cuesta más, física y psicológicamente; la miras enfadado, percibo tu miedo, tu vulnerabilidad, cansada me esfuerzo en hacerte llegar mi cercanía y apoyo "Buenos días Juan ¿Cómo te encuentras?" Titubeas "Ehhh, Bien", eso no es lo que expresas con tu rostro y tu actitud, miro el ordenador, no está la buena noticia que esperas, percibo tu impaciencia "Las pruebas han detectado que ha crecido, así que hay que actuar ya, vamos a operarte y después valorar si es necesario otro tratamiento" veo cómo tu cara palidece "¿Es maligno?" no sé si estoy conectando contigo "Es una de las posibilidades, aún hay que analizarlo, puede ser benigno, pero tenemos que extirparlo, estoy aquí para acompañarte en el camino" Veo como tus ojos se llenan de lágrimas, miras a tu mujer y de ahí al suelo, soy consciente que hace rato que no me estás escuchando

TERCERA PERSONA
Es un día ajetreado en la clínica, Juan y su mujer esperan en la sala inquietos, observando como personajes ajenos a aquello, la doctora Lucía revisa las pruebas con cara de cansancio y tristeza al ver que no son buenas noticias, va a la puerta y llama a Juan por su nombre: "Juan Buendía, pase", Carmen se lanza rápidamente hacia allí y apremia a su marido "Vamos Juan, ¡apresúrate!", él parece temeroso, al escuchar a su mujer pone mala cara y acelera el paso, cierra la puerta y cae derrumbado en la silla; Lucía observa a su paciente desde que lo nombra "Buenos días Juan, ¿Cómo te encuentras?" Juan absorto contesta, "Ehhh, Bien" Lucía cuidadosa comenta "Las pruebas han detectado que ha crecido, así que hay que actuar ya, vamos a operarte y después valorar si es necesario otro tratamiento" La pareja se queda estupefacta, se acabó la esperanza, Juan pregunta ¿Es maligno?" La doctora agarra su brazo, él no lo percibe "Es una de las posibilidades, aún hay que analizarlo, puede ser benigno, pero tenemos que extirparlo, estoy aquí para acompañarte en el camino" Juan con lágrimas en los ojos y cara de incredulidad, mira a Carmen, su pilar, pero ella también está devastada



Cristina Ramírez

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