En pocas palabras...

Ayer...
eran sendas verdes, olor a hierba segada, al horno de leña en que se cocía el pan, las empanadillas , los dulces que calmaban el hambre durante los juegos de nuestra infancia. (32)


Hoy...
son caminos de magma. Abrasa el suelo que agoniza, moribundo, asfixiado por la huella del Hombre cruel en que me he convertido. (23)


Ayer...
cerrábamos los ojos y soñábamos con un mar teñido de rosa al atardecer, el mismo mar que surcaba un barco, embestía su proa y saltaba sobre mis sueños devolviéndome a la realidad, desarmándome, a mí, al héroe que estuvo a punto de vencer al malvado pirata. (47)


Morfeo se aleja.
Ya no hay mar, ya no hay sol. El dios- ¡maldito dios!- Tiempo me empuja hacia las tinieblas, entrañas de este volcán, forja de Vulcano, puerta infranqueable (30)


Aquí , en el cráter, el Edén y el Averno se confunden.
El gigante bonachón que , en la edad de nuestra inocencia, sofocaba las llamas que lamían el aire hambrientas se ha convertido en un personaje sin rostro que blande su guadaña. (41)


Y besa al viejo. Y besa al joven. Al valiente y al cobarde. Todos lloran. El viejo, ojos velados, no llora. Las lágrimas de su mirada son "el agua de los ríos que" , según decía el poeta, " van a dar al mar, que es el morir." Fin del trayecto. (49)




Eva M-B G





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