Ejercicio 08/10/21 Pereza
Mi despertar fue como el de un gran oso después de hibernar.
Fue un alegato a la pereza, tenía una laxitud extrema, casi pecaminosa.
Allí Estaba yo al calor de mi sofá blanco, acogida en sus brazos mullidos, un auténtico placer, después de una siesta que me hizo sentir culpable por su placidez.
En ese momento acariciaban mis oídos un grupo musical de mi juventud, que me hacía recordar momentos únicos de mi vida.
Procrastinando el momento de levantarme, por el placer de disfrutar este momento de pereza, este aquí y ahora de disfrute, que hacía tiempo que no conseguía alcanzar.
Fue un alegato a la pereza, tenía una laxitud extrema, casi pecaminosa.
Allí Estaba yo al calor de mi sofá blanco, acogida en sus brazos mullidos, un auténtico placer, después de una siesta que me hizo sentir culpable por su placidez.
En ese momento acariciaban mis oídos un grupo musical de mi juventud, que me hacía recordar momentos únicos de mi vida.
Procrastinando el momento de levantarme, por el placer de disfrutar este momento de pereza, este aquí y ahora de disfrute, que hacía tiempo que no conseguía alcanzar.
Angeles
CULPA, BLANCO, SIESTA, SOFA, DESPERTAR, GRUPO DE MUSICA, OSO, CALOR, PROCRASTINAR, LAXITUD
La sensación agradable, contagiosa, de la primera parte (" momentos únicos de la vida") se desvanece en las líneas siguientes en las que percibo la urgencia del tiempo disponible y la necesidad de encajar las palabras restantes. Sin embargo , como digo, la pereza así descrita llega, salpica, se siente
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