Desde el Interior.

La luz del nuevo día entraba por los pocos orificios abiertos de las persianas bajadas, hacían visible el polvo en suspensión de la habitación , Nuria dormía plácidamente semi desnuda en la cama totalmente desecha junto a una pequeña petaca vacía.

Nuria acababa de perder el trabajo de mecánica de 10 años en el que estaba tranquilamente aposentada, un arrebato de ira frente a unos comentarios machistas la hicieron golpear a un cliente. Ella sabía que tenía una bestia dentro la cual tenía que aplacar si quería vivir entre seres civilizados y hacia todo lo posible por ello.

Sonó despiadadamente el despertador, para ella y su resaca era una ametralladora de gran calibre dejando la casa como un queso holandés, abrió sus parpados y dejó que sus ojos azules volvieran a brillar un día más, su pelo largo era color fuego y sus labios no muy gruesos pero si rojos. Se puso en pie de un salto y entro a la ducha, todo le daba vueltas pero la ducha le ayudaría y puso el agua fría. Las paredes de su casa estaban desnudas, no tenía fotos, ni cuadros, ni adornos de ningún tipo, solo un reloj de pared en la cocina, otro en el salón, y otro en la mesilla, para Nuria la puntualidad lo era todo, alguien que quisiera dar una buena imagen ante ella solo debía llegar a la hora indicada.


Al salir de la ducha se vistió rápidamente, ropa íntima, se enfundo en unos vaqueros rotos y una camiseta de Opel, miro el reloj y suspiro pensando que ahora iría a trabajar así que se sentó a desayunar café y tostadas cuando todo iba a cambiar en su vida: sonó su móvil, era su hermana Dana, su hermana vivía en Inglaterra su trabajo era el de Bióloga marina, este la mantenía muy ocupada y no veía con regularidad a su hermana Nuria. Dana era mayor que Nuria y tenía una familia hecha en el extranjero, ahora su casa, cuando se encontraba con Nuria seguía haciendo el rol de hermana mayor y escuchaba sus problemas y la aconsejaba.

Nuria contestó y habló con su hermana, Dana venia hoy y necesitaba que la recogieran en el aeropuerto, Nuria aceptó de buen grado y cogió las llaves de su furgoneta y las de la casa, salió corriendo mientras su hermana Dana le contaba como había sido el viaje y que disparatado su compañero en el avión.

Las dos reían, Nuria encendió un cigarro y arrancó la furgoneta mientras reposando una mano en el volante cerró la puerta del piloto, exhalo el humo abriendo su ventanilla, parecía que Dana venia de muy buen humor y para unos días lo cual la alegro profundamente, metió las llaves y arranco la furgoneta despidiéndose con estaré en dos horas allí, te quiero.


Conducía por la carretera tranquila, solo sentía una leve vibración, el motor y su sonido le daba paz, desde niña los sonidos mecánicos la tranquilizaban, así supo que debía ser mecánica. Tiró más ceniza por la ventanilla y le dio una profunda calada al cigarrillo, exhalo el humo en círculos y luego en una finisima lanza que los atravesaba, en ese momento vio a lo lejos a un hombre al borde con un maletín. Estaba muy bien peinado, el pelo recién cortado, y recién afeitado, llevaba traje de trabajo empresarial, y zapatos limpios.


El desconocido de esta historia aunque había mantenido la mirada fija en el suelo, levanto su mirada, giro la cara y sus ojos se llenaron de lagrimas, parecía que no había pasado ningún vehículo en algún tiempo se dijo Nuria, pero ahora no podía recoger a nadie, tenia el tiempo justo,y no podía hacer esperar a Dana por un desconocido, por muy necesitado que estuviese.


El desconocido levanto los dos brazos y se agitó pidiendo ayuda no verbal pero Nuria pasó de largo y siguió fumando nerviosa, freno de golpe, y golpeo el pito con el puño tres veces, respiro hondo y se tranquilizo en el tanto que pudo, mientras el hombre de negro corría hacia la furgoneta, Nuria cerró los ojos unos segundos y respiro profundo, sintió como se abría la puerta del copiloto y se sentaba saludando el hombre de negro, su voz era tan aguda como la de un ratón y Nuria pensó: jeremías 17:5 .


Aquel hombre no tenia un horizonte fijo, no fue especifico de donde venia, pero si que tampoco iba a ningún sitio, y parecía guardar con gran celo su maletín, su verborrea era tan extensa como la carretera que recorrían, Nuria pensaba que no tenia muchas dotes sociales porque no sabia cuando callarse, y rellenaba los silencios con su ruidosa y aguda voz tipica de la gente castrada, ella se dio cuenta que hacia tiempo que no escuchaba la tranquilidad del motor, ni los cigarros la tranquilizaban, el paisaje no la abstraía en absoluto porque era bombardeada a preguntas personales. Quería bajar a ese tipo de su furgoneta pero sus valores se lo impedían ahora debía llevarlo con ella hasta el final y eso le ponía los pelos de punta.


El hombre desconocido aunque veía el terrible vacío que existía entre el y su descontenta nueva amiga no cejaba en su empeño en arreglarlo, y fantaseaba con sus manos y sus pechos turgentes, sus labios y sus ojos azules envueltos en unas pestañas largas , su pelo largo parecía una flama que la recorría por la espalda, la observaba fumar y veía su lengua roja. Sus pensamientos volaban, volaban alto mientras hablaba y hablaba -Con ese cuerpo, podrías trabajar como modelo! no lo serás? has hecho algún book o alguna sesión under?- preguntó


Las alarmas de Nuria saltaron en dirección al hombre de negro, le miró fijamente y pudo ver el deseo en sus ojos abiertos como platos, la ira se apodero de ella y miro hacia delante y venia una curva, pero aun estaba lejos le diría que se bajara lo antes posible de su furgoneta, y de esa manera le informó con fuego en los ojos y temible virulencia en sus palabras que ella no era un objeto sexual, mas importante que el monologo que decía Nuria defendiendo a su persona hubo algo al margen de los dos que estaba ocurriendo, el acelerador se estaba pisando cada vez mas, Nuria casi en trance y el hombre aceptando sus palabras casi disfrutando el castigo, no se daban cuenta y a 120 km la furgoneta salto por la curva y voló por los aires, dieron vueltas de campana al caer y a 10 min del aeropuerto yacían fuera de la carretera 20 metros pendiente abajo en la furgoneta aun vivos.


Nuria se encontraba boca abajo ya que el cinturón la sujetaba, se sentía como un puzle deshecho en mil pedazos, escuchaba un pitido fuerte y en su pómulo derecho tenia un cristal incrustado, no veía por un ojo, la boca se le llenaba de liquido y al escupirla pudo ver que era sangre pura, se agarro el cristal y chillando intento sacarlo en ese momento escucho un jadeo, miro a su derecha , había olvidado por completo a su compañero de viaje culpable todos sus males, descubrió que se masturbaba mirándola con los ojos casi en blanco, Nuria quedo en silencio durante unos segundos, el dijo que sus pechos ahora parecían mas grandes, solo eso, entre jadeos, Nuestra protagonista, esculpió la sangre y saco una navaja de sus botas, y se la clavo en el cuello retorciéndosela para hacer el agujero mas grande luego la saco y la tiró, en menos de un minuto había muerto desangrado. Ahora saco un cigarro y lo encendió, una chupada profunda la dejo tranquila, mientras el móvil empezó a sonar, Dana llamaba...


Nuria cogió la llamada mientras fumaba, y escuchaba :- Hola kuki, no hace falta que vengas, voy a tomar un taxi pero...- corto la llamada y tiró el móvil.


Germán Hernández García


Comentarios

  1. Se me olvidó poner el título, Desde el interior.

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  2. Relato muy caótico...desordenado, Repite ideas de forma innecesaria .la puntuación, un tanto descuidada, obliga al lector a volver sobre lo ya leído para no perderse. El final no es sorpresivo, es incoherente, no es creíble ni siquiera ficticio. Pero me parece valiente el intento.

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  3. Buscaba un relato visceral y nuevo, que plantease debate. Sé que está descuidado en la puntuación es porque no lo leí antes de mandarlo.

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