Un pastón

Cuánto lujo veo aquí. Estos detectives me van a costar un pastón.

- Adelante señora Díaz.

- Gracias

Mis ojos revolotean a la velocidad del rayo observando la estancia.

Cortinas de terciopelo rojo con un visillo interior color marfil de seda traslúcida. Mesa gigantesca de ébano tallado, donde se posan unos papeles muy bien ordenados en ambas puntas. Hay dos sillones de cuero acolchados, uno para cada socio, el detective D. Simón Lucas y D. Carlos Mendoza. A la izquierda un mini-bar con variedad de bebidas, té, café, refrescos, y unas copas talladas de cristal fino que parecen ser de bohemia.

- Siéntese por favor. Le apetece tomar algo? Dice D. Simón.

- No, gracias, muy amable.

Me acomodo en la punta de uno de los cuatro sillones que rodean la mesa con el pensamiento de..."estos detectives me van a costar un pastón".

- Yo soy Simón y este es mi socio Carlos. Los dos estamos a su entera disposición. ¿qué se le ofrece?

Se me desvía la mirada hacia un rincón del lado izquierdo, allí fluye una fuente con varias cascadas de agua cristalina que viene a posarse en un pequeño lago artificial repleto de palmeras alrededor. ¡Uf, ésto me va a costar un pastón!

- Perdone, estaba distraída.

Me fijo en la vestimenta de los detectives. Trajes iguales, de calidad extrema, como si fueran gemelos vestidos por una mamá rica. Los zapatos brillaban más que la luz tenue y cálida que iluminaba el despacho.

Señora Díaz. ¿En qué podemos ayudarle?

- Creo que mi marido me engaña. Sospecho que tiene una amante.

- Nosotros estamos aquí para aclararle esa duda. Es nuestro trabajo.

Al levantar la vista observo la moldura del techo. ¡Qué preciosidad! Madera ribeteada con una pintura al fondo que parecía hecha por el mismo Miguel Ángel.

- Pues, verán ustedes, quería saber si mi esposo tiene una aventura pero...me lo he pensado mejor y no quiero saberlo. Muchas gracias por su atención y perdonen las molestias.

Salí a la calle y me dije a mi misma...¡Pues eso me faltaba! Encima de "cornuda" que me quede sin dinero, porque estos detectives seguro... ¡Que me cuestan un pastón!

Mari Carmen Olmos.

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