El punto rojo


"—La tienda de amuletos de la buena suerte se fue a la quiebra, sus dueños, una pareja de hermanos cuarentones esotéricos, pusieron toda la ilusión y esfuerzo posible, pidieron un préstamo avalando sus viviendas, cambiaron a su madre a la residencia más barata de la ciudad, se alimentaron de procesados, y aún con todo eso, no resistieron, nadie entró a la tienda desde la inauguración, y en tres meses tuvieron que echar la persiana. Bueno, hasta aquí puedo leer. Quisiera continuar dando las gracias al jurado del Premio Planeta por haber valorado esta novela amateur, cosa que creo que dignifica al grupo Planeta, que apuesta por la calidad literaria y no por los autores consagrados para asegurar las ventas. Gracias, también quiero decir que...

En el foso, los dos responsables del Premio Planeta se quedaron mudos al ver salir a Alfonso Ussía a recoger el premio.

—Pero ese no es Alfonso Ussía.

—Se llama igual, sí lo es, pero no es el Alfnoso Ussía que pensábamos, nos la han metido Paco, nos la han metido.

—Hay que hacer algo Pedro, y hay que hacerlo ya.

—¿Activamos el protocolo H55?

Pedro y Paco se quedaron mirando el uno al otro, como si de repente mantuvieran una conversación telepática, mientras tanto, Alfonso Ussía amateur, continuaba con su discurso, —... a mi padre, que siempre me animó a seguir escribiendo, a mi madre, que me ha soportado en casa durante tanto tiempo, ¿has visto mamá?, valió la pena aguantarme hasta los cincuenta...

Tras unos segundos mirándose intensamente, Pedro rompió el silencio, —activemos el protocolo, dijo susurrando, —al discurso le ha de quedar poco, aprieta le botón Paco.

—Hagámoslo juntos, dijo Paco, —y juntando sus dedos índices, pulsaron el botón gordo del centro de la consola.

—Es la primera vez que activamos el protocolo H55 Paco, es la primera vez.

—Hicimos el protocolo para usarlo, sabes que está controlado, el fiscal de investigación estratégica es de los nuestros, firmó y cobra. No ha de haber problema, si caemos nosotros él cae, y cae todo dios.

—Shhh, mira ya empieza.

— Por último quería decir unas unas palabras a mi hermano siamés: me quedé con el corazón y tú te fuiste al cielo, pero también estás en mí, y este premio es tuyo.

Alfonso Ussía amateur empezó a llorar desconsolado y en ese momento un punto rojo apareció en medio de su frente y al momento una bala entró en cráneo y lo mató"

— Hasta aquí puedo leer, dijo el autor de la novela galardonada con el Premio Nadal, —quiero dar las gracias, como el protagonista de mi novela, al jurado del Premio Nadal, deseando desde luego no tener su misma suerte.

El público de la ceremonia de entrega del Premio Nadal rompió a reír, y de pronto, un punto rojo se posó en la frente del orador.



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