El libro en las manos

Tengo el libro en mis manos, lo voy a colocar con el lomo hacia afuera, y esta vez sí, tengo esa sensación, en todos los lomos de los libros de mi estantería saldrá mi nombre, se formará ese mensaje premonitorio que avisa de mi pronta muerte, y por fin acabará todo, esto está sucediendo desde hace tiempo en esta sociedad de lectores incomunicados, saldrá mi nombre, lo sé, la sensación se agudiza, así que me acerco, hago hueco con mi mano izquierda y con la derecha voy introduciendo el libro por el canto hasta que el lomo queda en línea con los demás, permanece mi mano sobre el lomo teniendo la certeza de que al soltarlo, entre todos los lomos saldrá mi nombre, pero algo ha pasado, me llamo Luis y han salido unos veinte nombres que no son el mío, debí haber devuelto los libros a la biblioteca, debí haberme leído los libros.

Tienes el libro en tus manos, lo vas a colocar con el lomo hacia fuera y esta vez sí, tienes esa sensación, en todos los lomos de los libros de tu estantería saldrá tu nombre, se formará ese mensaje premonitorio que avisa de tu pronta muerte, y por fin acabará todo, esto está sucediendo desde hace tiempo en esta sociedad de lectores incomunicados, saldrá tu nombre, lo sabes, la sensación se agudiza, así que te acercas, haces hueco con tu mano izquierda y con la derecha vas introduciendo el libro por el canto hasta que el lomo queda en línea con los demás, permanece tu mano sobre el lomo teniendo la certeza de que al soltarlo, entre todos los lomos saldrá tu nombre, pero algo ha pasado, te llamas Luis y han salido unos veinte nombres que no son el tuyo, debiste haber devuelto los libros a la biblioteca, debiste haber leído los libros.

Tiene el libro en sus manos, lo va a colocar con el lomo hacia fuera y esta vez sí, tiene esa sensación, en todos los lomos de los libros de su estantería saldrá su nombre, se formará ese mensaje premonitorio que avisa de su pronta muerte, y por fin acabará todo, esto está sucediendo desde hace tiempo en esta sociedad de lectores incomunicados, saldrá su nombre, lo sabe, la sensación se agudiza, así que se acerca, hace hueco con su mano izquierda y con la derecha va introduciendo el libro por el canto hasta que el lomo queda en línea con los demás, permanece su mano sobre el lomo teniendo la certeza de que al soltarlo, entre todos los lomos saldrá su nombre, pero algo ha pasado, se llamas Luis y han salido unos veinte nombres que no son el suyo, debió haber devuelto los libros a la biblioteca, debió haber leído los libros.

Toni Díaz

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