El doctor increíble



La sala de espera es silenciosa, un espacio de expectación, si fuera ciego, palpando el aire con las yemas de los dedos, podría leer los pensamientos de mis expectantes acompañantes y aunque no soy ciego empiezo a hacerlo y cuando me doy cuenta agacho los brazos, porque ese es mi problema, que hago lo que pienso de forma inconsciente, por lo menos empiezo hacerlo, de hecho sigo de baja. Dijo el primer médico que es un tipo de Trastorno Obsesivo Compulsivo, ahora espero al nuevo especialista.

Juan espera al nuevo especialista, la cita se ha demorado seis meses. Lo han visto palpar el aire, la enfermera cree que es por varios hilos de tela de araña que se ha quitado el paciente de encima, desde la esquina derecha del techo hay una araña doméstica que parecer observar.

El silencio intimida, Juan quiere cruzar una pierna sobre otra pero teme el crujido de la silla. Afortunadamente la enfermera tose y todos aprovechan para cambiar de postura. El grupo de pacientes siente una conexión repentina. Se palpa empatía, afloran sonrisas.

Miro el reloj, además de seis meses llevo una hora esperando a ser atendido, así que observo impertinente a la enfermera para que resuelva esta espera. Ella capta mi mirada y pareciera que pulsa un botón de debajo de la mesa, y entonces por el interfono suena mi nombre con voz metálica, y la enfermera me mira y señala con la cabeza la puerta de entrada a la consulta. Me levanto saludándola con una inclinación cuando paso frente a ella, me dirijo a la puerta del doctor y la abro sin más. Entro.

_ Usted es Juan, buenas, siéntese y dígame qué le pasa.

_ Bueno, doctor, ya sabe, les pasé todo mi historial, tengo un TOC y...

_No, no, no he leído nada, no sé nada de usted, quiero que me cuente por qué está aquí, qué cree que padece, o le han dicho que padece.

_Vaya doctor, es que me han hecho un montón de pruebas y me hubiera gustado saber su interpretación.

_Mire, no importa si usted ha estado enfermo, importa cómo esté ahora, importa si usted está enfermo ahora, cuénteme qué le pasa.

_Bueno pues desde hace años no puedo dejar de manifestar con gestos mis pensamientos, le explico, si fantaseo con que encesto una canasta hago la acción de tirar el balón, no sé si me entiende, es inevitable. Llevo tres años con antipsicóticos, con clomipramina, aunque como las obsesiones han remitido, estoy bajando la dosis, por los efectos secundarios, ya sabe.

_Bien, ¿desde cuándo está en remisión su posible TOC?

_ La verdad, doctor, desde que le pedí cita, esa es la verdad. Me hablaron muy bien de usted, cuando me dijeron que había hueco en su consulta en seis meses y cogí cita, empecé a entrar en un estado de esperanza que se ve que somatizó, y las manifestaciones remitieron, ahora estoy casi bien.

_ Ajá... ¿no se da cuenta Juan?, usted está sanando ya, la espera es parte de mi terapia. Mire, vamos a hacer una cosa, va a reducir más todavía la clomipramina con unas pautas que le van a llegar a su teléfono y pida cita para dentro de seis meses y ya me cuenta.

Juan se quedó perplejo y arqueó sobre manera las cejas y abrió la boca.

_Veo que tiene ramalazos, breves reflejos somáticos, nada grave. Dentro de seis mese lo veo.

Juan se levantó de la silla se dirigió a la salida y ya en la puerta se volvió al docto y le dijo: es usted increíble.
 
(Toni Díaz)




Comentarios

  1. Toni!! ¿Cómo estás? Como siempre, esa, entre vivaz y lóbrega, mirada de las instancias penumbrosas, como la muerte, la locura, la soledad, cosas que te embriagan de melancolía. No puedes evitar ese ácido en la garganta que te produce la angustia. Muy bien. Un abrazo!!

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