El club de lectura
María posa en la foto cogida por sus mejores amigos del insti, la Vero y el Antonio, que acabaron siendo pareja, los cabrones. Posa para la fotografía cogida por que se cae al suelo, por que va pedo, por que hacía años que no salía y por que esta cita del grupo de WhatsApp de COU de 1990 le ha venido al pelo. Acaba de separarse de su pareja, Alfonso, el teniente de la guardia civil. Acaba de dejar la casa cuartel y se ha alquilado una habitación en la pensión Paquita, cerca de la gasolinera, a la entrada del pueblo, donde van las parejas y dicen que las putas a hacer sus negocios. María posa cogida por sus mejores amigos y en el bolso tiene aún húmedo el consolador con el que ha estado jugando dentro del confesionario de la iglesia, mientras el cura daba misa a sus compis. María ha perdido los papeles, habla y piensa desde la niebla del alcohol y las anfetaminas, desde el aliento corrompido de los años ochenta, que ahora, en este instante recupera, por que se siente libre, y esta cita le ha venido de muerte. La Vero y el Antonio la protegen, no le dejan hablar con el resto y la excusan, excusan su pedo. Con ellos ha mantenido el contacto, ellos saben por lo que ha pasado, saben cómo la ha anulado Alfonso, cómo la ha hecho desaparecer y cómo se ha liberado, a lo bruto, a codazos, gritando y bebiendo y drogándose con las anfetas que su alumno de FP agraria le vende. María está exultante, rota pero pendiente de una revolución íntima que llama a la puerta, que ha de venir. María sabe que este es su último pelotazo, que a partir de mañana va a frenar y buscará cobijo en quehaceres. Ya se apuntó al club de lectura y la primera reunión es el jueves que viene. Irá con la Vero y el Antonio, los cabrones, que son pareja desde el insti. María se sale.
Toni Díaz
Toni Díaz
Pobre mujer, qué biografia!
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