Igual que mi amiga
¿Cómo se le puede parecer tanto? Es un calco de mi queridísima amiga y compañera de piso.
Estoy sentada en un rincón de la terraza que está frente a la Iglesia. He pedido al camarero un café con leche y un bollo de crema pastelera. Mi merienda de todas las tardes. Mientras espero, observo con disimulo a las personas de alrededor. Hay niños jugando al pilla- pilla. Tres parejas en mesas distintas. Dos hombres mayores tomando el té a media tarde... pero mi vista está fijada en una persona en especial. ¡Se le parece tanto...! Va con un grupo, haciéndose fotos en el atrio de la Iglesia. No parecen muy creyentes, creo que su misión es no tener ninguna cabeza detrás que les estropee la foto.
No, ella no es mi difunta "amiga" No puede ser ella aunque me da la sensación que es su espectro. ¿Ésta mujer será igual que Julia? Es la única que lleva gafas de sol y posiblemente para hacer lo mismo que ella, ocultar hacia dónde va su mirada. Se ve posesiva, se agarra fuertemente al brazo de los que tiene al lado, quizás para sostenerse encima de los tacones de aguja que se ha puesto para ser distinta de las demás y ya de paso asegurar bien el bolso que le cuelga del hombro repleto de cosas que luego no encuentra cuando las busca. Su sonrisa se ve algo forzada, ese chaquetón abierto para lucir su jersey y esa bufanda blanca y negra que tapa media melena. Sí, mejor que la tape porque con esos pelos no está muy presentable.
Tiene pinta de funcionaria, pero de las que cobran poco y presumen mucho, igual que hacía Julia.
El camarero ha traído mi merienda y no dejo de mirar a esta mujer de hito en hito. ¿Cuándo llegue a casa seguirá igual de sonriente? No, cuando llegue a casa cambiará totalmente, será gruñona, impaciente con los niños y fría con su marido. De puertas para adentro estará siempre cansada, lo mismo que Julia, mi compañera de piso que no ayudaba en nada, solo hacía mandar, criticarme y hacerme sentir pequeñita. Como no tenía hijos ni marido la tomaba conmigo. Esta tiene pinta de ser de la misma calaña pero con tropa que es aún peor. De cara a la gente un angelito y después el terror de la casa.
¿Vivirá en un 5º piso igual que yo?
¡Qué lástima! Podría hacerles un favor a su familia, seguro que me lo agradecerán porque sigo pensando que es un calco de Julia.
Mientras termino el café sin tocar el bollo (porque no me lo puedo tragar) viene a mi mente ese absurdo accidente que sufriría por asomarse al balcón para mirar y escuchar a los del 4º Sacaría medio cuerpo fuera para empaparse bien de la conversación de los vecinos.
Un pequeño empujón y...¡Zas!
Un absurdo accidente es lo que le hace falta. Lo mismo que le pasó a Julia.
Mari Carmen Olmos
Vaya con los accidentes!!!
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