Muertes por sorpresa

El día once de septiembre de 2001, todavía hacía mucha calor, dentro de mi casa y fuera. Salí muy temprano y fui a casa de mi padre, como hacía habitualmente, con mi hija pequeña. Yo estaba en trámites de separación y mi aún marido se levantaba tarde y es que todavía vivíamos juntos.

Si es que a “aquello” se le podía llamar vivir, yo no tenía gana alguna de verle la cara y supongo que a él le pasaba lo mismo. Por eso bien pronto emigraba de una casa a otra.

Al mediodía comimos y empecé a recoger la mesa y la cocina, mi padre y yo hablábamos con la cría y como siempre teníamos la televisión de fondo, como acompañamiento, si algo nos interesaba pues prestábamos más atención.

Recuerdo perfectamente que Matías Prats estaba con el telediario de las tres. Cuando nos percatamos de la noticia nos quedamos sin palabras, más bien estupefactos. Aquello era demasiado fuerte, había caído una torre gemela en Estados Unidos , decía: pero no solo eso, cuando intentábamos entender si había sido accidente, atentado etc a los pocos minutos vimos caer la otra en directo , a manos de un avión que se le estrellaba. Los aviones iban secuestrados por terroristas(luego lo supimos), otro se estrelló en el pentágono y un cuarto avión en otro lugar, no recuerdo cual.El telediario no acababa, no duró la media hora mas o menos de siempre, duró toda la tarde.

A las seis dejé a mi hija al cuidado de su abuelo y salí para dar una vuelta. Me tropecé con mi amiga Lucía que estaba de compras y como hacía mucho tiempo que no nos veíamos, me invitó a tomar un café en su casa. Acepte muy a gusto porque , en aquella fecha vivíamos cerca y no me llevaría mucho tiempo y también porque me apetecía mucho hablar con ella, Lucía tenía una conversación muy agradable y lo estaba pasando realmente mal. Mientras tomábamos un delicioso café en su sala de estar, yo le iba preguntando como se encontraba tras la muerte accidental de sus padres y de su hermano.

Esta había ocurrido, unos meses atrás, en el pueblo de al lado donde residían. Ella estaba casada y ya no vivía con ellos afortunadamente. Me aconsejó entre sorbo y sorbo de café: No tengas nada de gas butano en casa, yo lo he puesto todo eléctrico en la mía.

-¿Hasta en la cocina, el horno , los fuegos?- En aquella época no era tan común el uso de vitrocerámicas , placas de inducción, hornos eléctricos........ .

-Claro mujer, toda la casa, nosotros los que quedamos vivos de mi familia, ya moriremos, de cualquier cosa menos por intoxicación de monóxido de carbono.

-Fue una tragedia, horrible, no se si lo superare algún día.

-Ya verás como si Lucía, poco a poco,

tienes que ser fuerte, ya es difícil perder un ser queridoimagino lo que serán tres como te pasó a ti, o más , como ha pasado hoy en Estados Unidos. Por cierto ¿Has visto las noticias?-Le deje caer.

-No Sandra, hace tiempo que no veo cosas tristes, no puedo con

tantas noticias malas , una tras otra. Pero bueno ya que lo dices -

¿que ha pasado?.

-Nada Lucía, a sido muy lejos de aquí y aún no se sabe claramente que ha pasado, ya nos enteraremos, tu sigue tranquila y cuidate mucho, tus padres y tu hermano , así lo querrían.

Después de este bonito reencuentro, volví a casa de mi padre y ambos seguimos conversando sobre el ataque de las torres gemelas.

Era escalofriante pensar en los heridos, muertos y desaparecidos

que habrían. Las cifras de lo poco que se conocía hasta ese momento eran abrumadoras, terroríficas. Mi padre y yo estuvimos como filosofando sobre lo que era la vida y la muerte, lo que no sabíamos ninguno de los dos es que estábamos a un mes de la suya. Si, digo bien, de su muerte.

El día 16 de Octubre de ese mismo año, perdí a mi padre en un accidente de tráfico. Salió de casa esa mañana y ya no lo vi mas con vida.



María José Saura

Comentarios

Entradas populares de este blog

Haikus con aguinaldo.

Desayuno buffet

Escribir un relato kafkiano. Reunión del viernes 4 de marzo a las 19:00 horas por ZOOM.