Faltan piezas




Hace tiempo cayó en mis manos un libro titulado "La desmesura del poder". En la portadilla aparecía entrecomillada una "Carta de los niños a Dios". Una sola línea. Ocho palabras: -"Querido Dios, me gustaría que no hubiese cosas malas"-

Difícil tarea le encomendaban al Creador. Lo primero que había de resolver era desde dónde situar la mirada. Sabido es que no es lo mismo el ladrón que el político; no es lo mismo el toro que el torero ni la verdad que la mentira, aunque a veces todo se confunda.

Dios sabe que malo es todo aquello que causa dolor, a excepción de los dentistas, los enemas o el aceite de ricino que nos daban de pequeños para purgar el estreñimiento.

De nada nos servía entonces la consabida frase que nos repetían los mayores: "es por tu bien" ¡Pamplinas! Se creerían que éramos estúpidos. Yo tenía claro lo que era bueno para mí. Por mi bien era hacer novillos, besar a los chicos, no ir a misa los domingos…pero está visto que no hay felicidad completa y, a pesar del placer que me reportaba, en mi fuero interno una voz me recordaba que todo aquello formaba parte de la lista de pecados casi mortales.

Por aquel entonces vivíamos la malicia con inocencia y sin saberlo éramos árbitros de la contienda entre la conciencia, siempre severa, siempre estricta y la consciencia, el conocimiento, que nos garantizaba la diversión de los juegos prohibidos que otros llamaban pecados. En el rin del discernimiento la conciencia ponía frente a nuestros ojos el peligro que corría la cabra que tiraba al monte. Tarde o temprano era devorada por el lobo.

Con el paso de los años, en orden, sin desmanes, recuperada la sensatez que nunca tuve, el reloj de la vida me ha enseñado a perder el miedo. Ya lo decía la tía Obdulia: "si no haces nada, nada tienes que temer; callar, asentir, obedecer.

Y eso hago.

Al volver de misa los domingos por la tarde cierro los ojos, cierro los oídos . Me alejo del ruido y me concentro en el rompecabezas infinito que nunca compondré porque hace tiempo le faltan piezas. El paisaje nevado del invierno en algún rincón del mundo quedará incompleto. Le faltan piezas. ¡Como a la vida misma!

 

Eva M-B

Comentarios

Entradas populares de este blog

Haikus con aguinaldo.

Desayuno buffet

Escribir un relato kafkiano. Reunión del viernes 4 de marzo a las 19:00 horas por ZOOM.