El discípulo
Todo da vueltas y no consigue enfocar las imágenes. Sabe que estas sensaciones van a durar unos minutos y que probablemente vomitará entretanto. Cada vez ha sido así. Es mejor permanecer lo más quieto posible hasta que pase. Son unos minutos tensos de malestar y de peligro. No sabe dónde ha "caído", en medio de qué. De quién. Es mejor esperar, dado que tampoco puede hacer gran cosa sin ver y absolutamente mareado. Se queda muy quieto esperando que las formas empiecen a definirse y a estabilizarse. Intenta contenerse pero, una vez más, vomita. Está, como siempre, desnudo, pero lleva una bolsa, la única cosa que le acompaña desde el punto de origen. Deberíamos decir desde el tiempo de origen. Y esta vez tuvo en cuenta más detalles. Todavía a tientas, saca unas prendas de ropa neutras y, tambaleándose, se las pone. Hace frío. Después saca una botella de agua y bebe para quitarse el mal sabor del vómito. Está en medio de la nada, en un campo. Ya percibe con más claridad el paisaj...